7 de enero de 2013

Inauguración de sexenio


Golpeados, humillados, ojos llorosos, con incertidumbre y cubiertos de gas pimienta y lacrimógeno fue como terminaron muchos jóvenes que salieron a las calles del Distrito Federal, el pasado 1ro. De diciembre, para protestar contra la imposición de Enrique Peña Nieto como presidente del país.

Los detenidos fueron 102, de los cuales 21 eran mujeres, un muerto: Brayan Limón García, que falleció a causa de los golpes recibidos por parte de la policía capitalina, era estudiante de la  Vocacional No. 10 e integrante del Movimiento #132.

Gracias a la movilización de asociaciones civiles, organismos en defensa de derechos humanos, familiares y    ciudadanía en general, la mayoría de los detenidos fueron liberados, sin embargo quedaban 14. Los detuvieron por nada, no cometieron delito alguno, muchos ni siquiera formaban parte de la protesta, solo pasaban por el lugar, como ocurrió con los tabasqueños Rodrigo Andrés Nieto y Juan Carlos Jiménez que estaban de compras y acabaron en el Reclusorio Norte.

En lo que a los “actos terroristas” se refiere,  hay  diversas  pruebas en la  red,  que  demuestran  que quienes iniciaron los disturbios, fueron porros, no los jóvenes.

Las calles que rodeaban Bellas Artes, hacían recordar la represión que vivieron los campesinos de San Salvador Atenco, que desde que supieron que Peña Nieto era candidato del PRI a la presidencia, advirtieron que si llegaba al poder, México viviría una represión descubierta. No se equivocaron.

Mientras televisoras de renombre internacional como Rusia Today documentaban los actos represivos, Televisa y TV Azteca se limitaban a describir la actuación de Peña Nieto y a acusar a los jóvenes de violentos y radicales.

Las protestas “pacíficas”, que más bien se definirían como “pasivas e inútiles” encabezadas por Andrés Manuel, pasaron sin pena ni gloria, tal parece que el caudillo  no  comparte  la indignidad de muchos mexicanos. ¿Será ésta su muerte política?

El #132, movimiento del que muchos jóvenes se han decepcionado por considerarlo “tibio” se deslindó de los actos violentos. Al parecer, 132 también está por terminar su ciclo de vida.

Los 14 presos políticos restantes, se encontraban tras las rejas, acusados de “ataques a la paz pública” delito muy parecido al de “disolución social” por el que muchos jóvenes fueron detenidos en 1968. Pero gracias a que mucha gente consciente, indignada y solidaria se organizó y luchó desde sus  trincheras, como la Liga de Abogados 1ro. De Diciembre, pudieron obtener su libertad.

No comenzó un nuevo gobierno, comenzó una nueva resistencia, ya se demostró que la unidad es  la  única  forma en que se puede obtener la victoria.

Se avecinan tiempos oscuros para el país, ya no se aguanta tanto descaro, tanta injusticia. Por suerte, la juventud es revolucionaria por naturaleza y al parecer, está madurando ideológicamente.

Si para iniciar una Revolución se necesitan condiciones específicas, quizá la fórmula de un gobierno fascista, un pueblo dolido y una juventud rebelde, funcione.

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