Golpeados,
humillados, ojos llorosos, con incertidumbre y cubiertos de gas pimienta y
lacrimógeno fue como terminaron muchos jóvenes que salieron a las calles del
Distrito Federal, el pasado 1ro. De diciembre, para protestar contra la
imposición de Enrique Peña Nieto como presidente del país.
Los
detenidos fueron 102, de los cuales 21 eran mujeres, un muerto: Brayan Limón
García, que falleció a causa de los golpes recibidos por parte de la policía capitalina,
era estudiante de la Vocacional No. 10 e
integrante del Movimiento #132.
Gracias
a la movilización de asociaciones civiles, organismos en defensa de derechos
humanos, familiares y ciudadanía en
general, la mayoría de los detenidos fueron liberados, sin embargo quedaban 14.
Los detuvieron por nada, no cometieron delito alguno, muchos ni siquiera
formaban parte de la protesta, solo pasaban por el lugar, como ocurrió con los
tabasqueños Rodrigo Andrés Nieto y Juan Carlos Jiménez que estaban de compras y
acabaron en el Reclusorio Norte.
En
lo que a los “actos terroristas” se refiere,
hay diversas pruebas en la
red, que demuestran
que quienes iniciaron los disturbios, fueron porros, no los jóvenes.
Las
calles que rodeaban Bellas Artes, hacían recordar la represión que vivieron los
campesinos de San Salvador Atenco, que desde que supieron que Peña Nieto era
candidato del PRI a la presidencia, advirtieron que si llegaba al poder, México
viviría una represión descubierta. No se equivocaron.
Mientras
televisoras de renombre internacional como Rusia Today documentaban los actos
represivos, Televisa y TV Azteca se limitaban a describir la actuación de Peña
Nieto y a acusar a los jóvenes de violentos y radicales.
Las
protestas “pacíficas”, que más bien se definirían como “pasivas e inútiles”
encabezadas por Andrés Manuel, pasaron sin pena ni gloria, tal parece que el
caudillo no comparte
la indignidad de muchos mexicanos. ¿Será ésta su muerte política?
El
#132, movimiento del que muchos jóvenes se han decepcionado por considerarlo
“tibio” se deslindó de los actos violentos. Al parecer, 132 también está por
terminar su ciclo de vida.
Los
14 presos políticos restantes, se encontraban tras las rejas, acusados de “ataques
a la paz pública” delito muy parecido al de “disolución social” por el que muchos
jóvenes fueron detenidos en 1968. Pero gracias a que mucha gente consciente,
indignada y solidaria se organizó y luchó desde sus trincheras, como la Liga de Abogados 1ro. De
Diciembre, pudieron obtener su libertad.
No
comenzó un nuevo gobierno, comenzó una nueva resistencia, ya se demostró que la
unidad es la única
forma en que se puede obtener la victoria.
Se
avecinan tiempos oscuros para el país, ya no se aguanta tanto descaro, tanta
injusticia. Por suerte, la juventud es revolucionaria por naturaleza y al
parecer, está madurando ideológicamente.
Si
para iniciar una Revolución se necesitan condiciones específicas, quizá la
fórmula de un gobierno fascista, un pueblo dolido y una juventud rebelde,
funcione.
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